Dicen que el primer paso para solucionar un problema, es admitir que se tiene un problema. Y yo estoy totalmente dispuesta a zanjar eso que lleva casi 21 años ahí. Sé que estoy llena de defectos, si empezase a enumerarlos, posiblemente no acabase hasta mañana. Aunque uno de los que más me machacan y nunca he querido aceptar es el hecho de que quiza nunca me he querido demasiado. De hecho, siempre me he querido demasiado poco.
Pero como soy mas chula que un ocho, pues ahí va la tia poniendo sonrisas profident a todo el mundo, y jugando al autoengaño.
Por eso me encuentro aqui ante un periodo de inminentes cambios; y no se trata de esos cambios que se hacen para gustarle a alguien, sino cambios de los que se hacen para gustarse a sí mismo.

Y a quién no le guste, que no mire.